Un viaje rápido, sólo unos días en una de las urbes más grandes, y hermosas, del mundo. Y siempre, acompañado de la Panasonic Lumix G5.
Antiguo Colegio de San ildefonso
Sí. Llevo poco más de un mes probando la tecnología micro 4/3 de Panasonic. He sido nombrado Embajador Lumix y me han dotado de una cámara serie G. Y ¿saben qué? Es una chulada de cámara. La Panasonic Lumix DMC-G5. En Febrero de este año la había probado, y ahora puedo confirmar que la excelencia de los japoneses se ve bien reflejada en ella. Si bien, este modelo no le compite (aún) a los prosumer full frame de los eternos niños gordos de la fotografía, si les anda dando duro a la clase avanzada APS-C. ¿Cómo? Creo que el rango dinámico es prueba de que el sensor está hecho para ello. Son muy ligeras, y muy veloces. Silenciosas, discretas y realmente hermosas. Más no los cansaré con tecnicismos ni mi “review”, pues abundan ya muchas de ellas en la red.
Pero… La IQ (image quality) es digna de mencionar. Si bien, la cámara saca unos jpg’s decentes, el verdadero valor en sí, son los RAW’s. A estas alturas, ya debe de saber que el archivo RAW (CR2, NEF, RW2, etc) es el alma de la cámara, del sensor. Pues bien, trabajar con ellos es una delicia. Recuperas detalle en sombras, colores en altas luces, detalles, colores… Y estamos hablando de un modelo high end, no uno top.
Por si fuera poco, todas éstas foto fueron tomadas con el zoom del kit un 14-42mm f/3.5-5.6 que, por lo general, es el de menor calidad en todas las marcas.
Pasemos ahora mejor a la galería: